Por la mañana nos hemos ido (con pesar de Yolanda) a Twin Peaks, una colina desde la que se ve perfectamente la ciudad y la bahía.
Lo del pesar lo digo porque no habíamos experimentado todavía lo de subir y bajar por las típicas cuestas de San Francisco. Hoy lo hemos hecho.
Después otra visita obligada aunque me ha decepcionado un poco, las "painted ladies", unas casas muy características de la ciudad.
Continuando con los clásicos hemos ido a Lombard Street, una preciosa calle para la que para salvar el desnivel la tuvieron que hacer en zigzag (y mira que hay pendientes pronunciadas en muchas otras calles). Por supuesto, después de verla la recorrimos (como todos y cada uno de los coches de turistas que bajaban por ella.
Después ya a Fishermans Warf (donde estuvimos ayer) que ya conocemos y que sabemos tranquila por la noche. Dejamos allí el coche y en transporte público nos vamos al barrio italiano. No tenía mucho que destacar salvo las farolas pintadas con la bandera italiana y mucho restaurante italiano.
Después visitamos de nuevo la zona comercial, realizamos las ultimas compras de la tarde. Como anécdota asistimos a la despedida del jefe de la tienda de Apple y la clamorosa despedida de todos los empleados (está grabado).
Sin prisa pero sin pausa y bastante cansados ya nos vamos en otro magnífico ejemplar de tranvía antiguo (no de los de cable) hacia el puerto para acabar de pasar la tarde y cenar en uno de los restaurantes típicos de por allí.
Mañana por la noche salimos ya para San Francisco, pero tenemos todo el día para visitar los alrededores de San Francisco. A ello nos pondremos.
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